Existen tres tipos principales de ingresos, que a menudo se mencionan en el contexto de finanzas y negocios. Veamos cuales son:
Ingreso Activo: Este tipo de ingreso se obtiene a través de actividades en las que estás directamente involucrado y que requieren tu tiempo y esfuerzo continuo. Por ejemplo, tu salario de un trabajo asalariado o las ganancias de un negocio que gestionas activamente son considerados ingresos activos.
Ingreso Pasivo: A diferencia del ingreso activo, el ingreso pasivo no requiere una participación activa continua. Puedes ganar dinero incluso cuando no estás directamente involucrado. Ejemplos comunes de ingresos pasivos incluyen los ingresos por alquiler de propiedades, ingresos de inversiones financieras, regalías de propiedad intelectual y dividendos de acciones.
Ingreso de Portafolio: Este tipo de ingreso proviene de inversiones financieras, como acciones, bonos y fondos mutuos. Aunque puede considerarse una forma de ingreso pasivo, se distingue porque está vinculado a los rendimientos de una cartera de inversiones en lugar de a una fuente específica, como el alquiler o los dividendos.
Algunas personas también mencionan un cuarto tipo de ingreso llamado "Ingreso Residual". Este término a menudo se usa de manera intercambiable con ingreso pasivo, pero en algunos contextos se refiere a ingresos continuos que persisten después de haber realizado un trabajo inicial, como los ingresos de un autor por la venta continua de sus libros.
Diversificar tus fuentes de ingresos, buscando oportunidades de ingresos pasivos y de portafolio, puede ser una estrategia efectiva para construir una base financiera sólida.